El poder de la hidratación
Como en el resto del organismo, la presencia de agua es una condición esencial para lucir una piel sana y saludable. No todas las pieles son iguales, ni tampoco cada zona del cuerpo tiene las mismas características, por lo que requieren de una hidratación específica. Ya sea que tu piel sea normal, seca o extra seca, te contamos las claves para saciar la sed de tu piel y evitar la resequedad y tirantez.
Es aconsejable cuidar la humectación de la piel y ayudarla a recuperarse de la exposición permanente a los factores externos tales como los cambios drásticos de temperatura, el contacto prolongado con el agua y el cloro, entre otros.
El mecanismo de la humectación
La única forma natural de incorporar agua al organismo es a través de la ingesta de líquidos y alimentos, pero además deben darse ciertas condiciones externas para poder retenerla, por eso se dice que la piel se hidrata por dentro y a su vez esa hidratación se mantiene desde afuera.
Hidratación vs. Humectación
Cuando se habla de incorporar agua a la piel, debemos diferenciar dos conceptos básicos que muchas veces se confunden.
Hidratación | Humectación |
Es el agua que aporta la sangre a la piel, junto con el oxígeno y los nutrientes, durante el pasaje desde los vasos hacia los tejidos. | Es la humedad que la piel toma del medio exterior, ya sea en forma natural o artificial, al usar distintos preparados a base de agua y productos químicos. |
La piel deshidratada se vuelve opaca, poco flexible y pierde en parte su capacidad de funcionar como barrera protectora frente a los diferentes factores externos.
La función de los productos hidratantes es devolverle a la piel su correcta funcionalidad y aspecto.
Cosas a tener en cuenta para tener una humectación completa de tu piel
1.- Hidratación sectorizada
La piel de cada zona del cuerpo tiene características especiales dadas por la genética y por el grado de exposición al medio ambiente que sufren. Por eso, es fundamental tener en cuenta cómo, cuándo y dónde focalizar la humectación para lograr resultados óptimos.
2.- Identificar tu tipo de piel
La humectación varía según la tendencia y la piel de cada una. Conocé cómo humectarla según tu tipo:
PIEL NORMAL
Lo que se requiere en este tipo de piel es solo mantener y proteger su salud. Por lo tanto, no se necesita nada más que una hidratación pasiva.
Sin embargo, pensar que este tipo de piel prescinde de la hidratación es un error común. Jamás debemos olvidar que el agua es el elemento esencial para su salud, aportándole mayor brillo y una optimización de su tono.
¿Qué ingredientes son ultra hidratantes para tu PIEL NORMAL?
>Aloe Vera
Cuenta con múltiples propiedades, entre ellas: humectantes, emolientes, y acondicionadoras.
>Vitamina E (Tocopheryl acetate)
La vitamina E en la piel actúa como un antioxidante que, en su aplicación tópica, protege las células y tejidos del daño producido por radicales libres, generados por procesos biológicos naturales y por el daño ambiental.
>Vitamina A palmitato
Hidrata la piel, favoreciendo el mantenimiento de la estructura de la epidermis (engrosamiento epidérmico) y la formación de colágeno (en dermis, generando mayor elasticidad).
>Dimethicone
De la familia de las siliconas, es de los agentes humectantes / oclusivos más utilizados.
PIEL SECA Y EXTRA SECA
La piel seca es un estado muy común que puede presentarse en forma crónica o transitoria.
Cuando esto sucede, la piel se presenta áspera, escamosa y pueden aparecer estados de descamación leves o intensos que alteran el aspecto normal, mostrándola ajada, despulida y áspera al tacto. Incluso puede provocar sensaciones poco confortables como tirantez, picazón e irritación.
La forma más efectiva para mejorar la piel seca es, primero, detectar la causa que la provoca para evitarla, en el caso de los factores externos, o detectar si se trata de un factor endógeno, para reconocerlo y acudir a un médico para su tratamiento.
En cualquier caso el uso de cremas y emulsiones es la clave para mantener tu piel humectada. Recordá aplicar la emulsión dos veces al día, para aportarle a la piel los lípidos necesarios y retener el agua evitando su deshidratación.
TIP PRO
¡Hidratate siempre!
No esperes a que los efectos de la deshidratación sean visibles, ya que nuestra piel pedirá agua mucho antes de que la resequedad sea apreciable a simple vista. La hidratación de la piel debe ser, por tanto, un acto cotidiano.